viernes, 24 de agosto de 2007

Caracas también se disfruta caminando


Caracas, Agosto 2007. Joaquín Pereira (¡Claro!-Portada).-


Jardín Botánico de Caracas

No todo en la capital son autopistas y centros comerciales, en medio de ella existe un espació vegetal que no tiene nada que envidiar al mítico jardín del Edén: El Jardín Botánico de Caracas Desde 1944, y gracias al esfuerzo del botánico venezolano Dr. Tobías Lasser, 60 hectáreas adyacentes a la UCV resguardan a más de 2 mil especies de plantas, tanto venezolanas como del mundo. Los visitantes puedes recorrer sus caminerías de lunes a domingo de 8:30 de la mañana a 4:30 de la tarde. Los adultos deben cancelar mil bolívares, niños y tercera edad 500 bolívares, y las visitas guiadas 2 mil 500 bolívares por persona.


El Maní es así
Los amantes de la salsa brava no pueden dejar de visitar El Maní es así, un local que se considera el templo capitalino de este género musical. Se encuentra ubicado en la calle el cristo, entrando por la Avenida Francisco Solano, paralela al boulevard de Sabana Grande. Durante más de 20 años sus paredes, repletas de fotos de personajes entrañables, han vibrado al ritmo de los bongós y congas de reconocidos rumberos. Uno de ellos es Alfredo Naranjo que junto a su Guajeo se presenta los jueves y sábados. Se ofrecen ron por tragos y servicios.


La chicha de la UCV
Quien visita la Universidad Central de Venezuela en Caracas y no se toma una chicha de William Escalona no lo ha hecho realmente. Él es el heredero de la tradición de su padre, Carlos Escalona, quien sirviera su especial bebida criolla al pie del simbólico reloj de esta casa de estudios durante 50 años, hasta que hace tres años falleciera. El vaso pequeño cuesta mil bolívares, el grande mil 500 bolívares y para llevar 2 mil bolívares. Pueden llevar canela, ajonjolí y leche condensada gratis.


La Gran Pulpería de Libros Venezolanos
Los amantes de los libros tienen en Caracas un rincón que conserva la tradición de los verdaderos libreros, aquellos que han hecho de su tienda su biblioteca, y como afirmara el gran español Gregorio Marañón “viven entre los estantes, y valoran amorosamente cada volumen y cuidándolo como a los hijos de sus entrañas”. Al final de la Avenida Francisco Solano, frente a la Alianza Francesa, Rafael Ramón Castellanos ha atesorado por más de 20 años un gran inventario de publicaciones en un espacio que cariñosamente se le conoce como La Pulpería. Castellanos ofrece también a los visitantes de su local toda su experiencia en la búsqueda de obras de no fácil localización.

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